Depresión en personas mayores

                             

La depresión es un trastorno mental más común de lo que pensamos y que en muchas ocasiones no está diagnosticado, ni tratado adecuadamente en el colectivo de las personas mayores, siendo un problema serio, pero tratable. Con la evaluación adecuada, la intervención oportuna y el apoyo continuo, es posible mejorar la salud mental y el bienestar general de los mayores, permitiéndoles tener una vida más plena y satisfactoria.

Síntomas de Depresión en Personas Mayores

La depresión en las personas mayores se puede manifestar de manera diferente a como lo hace en personas más jóvenes. Los síntomas pueden incluir:

Tristeza persistente: Sentimientos de tristeza, vacío o desesperanza que duran la mayor parte del día.

Pérdida de interés: Desinterés en actividades en las que antes se disfrutaba, incluyendo aquellas que eran importantes para ellas.

Cambios en el apetito: Pérdida o aumento significativo de peso sin estar haciendo dieta.

Alteraciones del sueño: Insomnio, despertar muy temprano o dormir demasiado.

Fatiga y pérdida de energía: Sensación de cansancio constante y falta de energía.

Sentimientos de inutilidad o culpa: Sentirse inútil o culpable de manera inapropiada o excesiva.

Dificultad para concentrarse: Problemas para pensar, concentrarse o tomar decisiones.

Pensamientos de muerte o suicidio: Pensamientos recurrentes sobre la muerte, el suicidio o intentos de suicidio.

Causas de la Depresión en Personas Mayores

La depresión en las personas mayores puede ser causada por una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. Algunas causas comunes incluyen:

Pérdida de seres queridos: La muerte de un cónyuge, amigos o familiares cercanos puede desencadenar episodios depresivos.

Enfermedades crónicas: Condiciones como la diabetes, enfermedades cardíacas, cáncer o artritis pueden aumentar el riesgo de depresión.

Aislamiento social: La soledad y la falta de interacción social pueden contribuir significativamente a la depresión.

Problemas financieros: Las preocupaciones económicas pueden ser una fuente de estrés y depresión.

Pérdida de independencia: La incapacidad para realizar actividades diarias debido a problemas de movilidad o salud puede afectar negativamente a la autoestima y al estado de ánimo.

Factores biológicos: Cambios cerebrales relacionados con el envejecimiento, desequilibrios hormonales y predisposiciones genéticas pueden jugar un papel importante.

Estrategias de Intervención

Evaluación y Diagnóstico: Es esencial que los profesionales de la salud realicen evaluaciones regulares de salud mental en personas mayores para identificar síntomas de depresión de manera temprana.

Terapia Psicológica:

Terapia EMDR: La terapia EMDR ha demostrado su efectividad en el tratamiento de cuadros depresivos provocados por acontecimientos del pasado (traumas con la t grande o pequeña) ya que accede al recuerdo fuente que provoca o agudiza la depresión, procesándolo e integrándolo en la red de memoria actual. Esto hace que dicho recuerdo deje de interferir en la vida actual del paciente.

Terapia cognitivo-Conductual (TCC): Ayuda a las personas a cambiar patrones de pensamiento negativos y comportamientos asociados.

Instaurar recursos psicológicos: Se enseña a la persona a mejorar y fomentar sus habilidades sociales con el objetivo de mejorar las relaciones y la comunicación con los demás.

Medicamentos:

Antidepresivos: Pueden ser necesarios para algunos pacientes. Es importante que estos medicamentos sean prescritos y monitoreados por un médico debido a posibles interacciones con otros medicamentos y condiciones de salud.

Programas de Actividades:

Ejercicio Físico: Actividades físicas regulares pueden mejorar el estado de ánimo, reducir los síntomas de la depresión y al mismo tiempo mejorar el estado físico de la persona, lo que redunda en una mejora de la calidad de vida en general.

Actividades Sociales: Participación en grupos comunitarios, clubes o actividades recreativas para fomentar la socialización.

Apoyo Social:

Redes de Apoyo: Fomentar la interacción con amigos, familiares y la comunidad.

Visitas a Domicilio: Servicios de apoyo a domicilio pueden proporcionar compañía y ayuda con tareas diarias.

Educación y Concienciación:

Información: Proporcionar información a las personas mayores y a sus cuidadores acerca de la depresión y los recursos disponibles para su tratamiento.

Sensibilización: Combatir el estigma asociado con los problemas de salud mental.

Cuidados Integrales:

Coordinación de Servicios: Integración de cuidados médicos, psicológicos y sociales para abordar todas las necesidades del individuo de una forma holística.

Importancia del Tratamiento

El tratamiento efectivo de la depresión en las personas mayores puede mejorar significativamente su calidad de vida, reducir el riesgo de complicaciones de salud física, y disminuir la carga sobre los sistemas de salud y cuidado. Es crucial que los profesionales de la salud y los cuidadores estén atentos a los signos de depresión y actúen prontamente para brindar el apoyo necesario.

La familia

El entorno familiar de la persona mayor juega un papel muy importante durante todo el proceso depresivo. Como he detallado anteriormente, son muchos los posibles desencadenantes de un cuadro depresivo en una persona mayor por lo que es muy importante estar atento a la aparición de determinados síntomas que puedan evidenciar un bajo estado de ánimo con el fin de poder actuar lo más rápidamente posible. Muchos procesos depresivos en las personas mayores no aparecen de forma disruptiva, sino que poco a poco van entrando en una espiral descendente en la que de cada vez realizan menos actividades, socializan menos y van perdiendo el interés por las aficiones que antes les divertían. Es muy importante actuar en las primeras señales de esta pérdida de actividad ya que es más fácil volver a los antiguos hábitos y actividades si la persona no se encuentra en un estado de ánimo muy bajo. Al principio puede ser necesario insistir mucho en la persona para que retome o inicie actividades que la mantengan activa durante el día. No hemos de olvidar que la actividad es uno de los pilares fundamentales para el tratamiento de la depresión. Puede ser necesaria también la ayuda de un profesional para poder marcar unas pautas de comportamiento junto con su seguimiento y para tratar determinados aspectos más profundos de la depresión.         

Conclusión

La vida merece ser vivida con un buen estado de ánimo a cualquier edad. La tercera edad es un período de la vida que, en contra de lo que se suele pensar, es fuente de alegría, satisfacción y plenitud. Los años vividos han aportado una experiencia y una manera de ver la vida que pueden ser muy enriquecedores para el desarrollo personal de la persona mayor y para su entorno familiar. Cada uno tiene que poner de su parte para poder afrontar de la mejor manera posible las dificultades que aparecen, valorando lo que tenemos y esforzándonos por conseguir o mantener lo que deseamos.